De nuevo amaneció

Por Álvaro Ramírez Velasco

Me amaneció sin tu cuerpo
Con la inmensidad de esta cama diminuta
El edredón arrugado y solitario
Las sábanas y el corazón fuera de su lugar

Me amaneció sin la esperanza
Con las almohadas empapadas de tu olor
Con el ruido triste de la avenida
Y el escándalo que dejó el silencio de tu voz

Me amaneció el alma seca
Mis ojos extrañando tus caderas, tu cintura
La urgencia de tu humedad
El roce de tu lengua, tus manos, tu serenidad

Me amaneció un día gris
El eco de pasos que con prisa te alejan de mí
La nostalgia y un café casi frío
El poquito consuelo de que puedes ser feliz

Y me amaneció la resignación
El inventario de los besos, el álbum de la pasión
El deseo de que dejes de sufrir
La certeza de que tú y yo hemos quedado en paz

Pensamientos en cascada

Por Álvaro Ramírez Velasco

Hoy, la vida tiene sabor a lágrima en estación... Pero al menos nos quedan los recuerdos, los suspiros, el tabaco, el café y las noches de Morelos... Y es que el amor tiene esa inevitable carga de dolor, que lo hace imperfecto y adictivo... Por eso siguies siendo tormento incesante, urgencia del cuerpo, martirio del alma, beso de judas, caricia de Dios...