Por qué te amo

Álvaro Ramírez Velasco

Te quiero por tu boca, por tu lengua, por tu imaginación, por tus bromas ácidas, por la simpleza de tu risa, por tu furia intolerante; te quiero por tus manos, por tu nariz, por tus cejas tenues, por tus rezos, por tu aroma, por tu voz chillona, por tu porte de dama, por tus descaros absurdos.

Te amo por tus senos, por tu cadera, por tu humedad, por tu cintura, por tu sonrisa pueril, porque a tu lado la lluvia huele a felicidad y porque sin ti el sol quema y duele; quiero a la adolescente que ya se fue; adoro a la niña que no conocí; amo a la mujer que acompañó a su madre en su lecho de muerte.

Te extraño por tu esperanza, por descorazonarme, por haberme querido, por tu actitud de perdona vidas, por tu recato, por tu desnudez, por las horas juntos, por las noches breves, por la inmensa nostalgia.

Te quiero por ser tan dura, por las veces que estoy dentro de ti; por maltratarme cuando te llega la impaciencia.

Te quiero por tus verdades, que casi siempre saben a mentira… te quiero porque no sé cómo odiarte.