La triste historia de las musas

Álvaro Ramírez Velasco

Es lamentable, pero el final de las musas es siempre el mismo: se convierten en recuerdo y duelen mucho, porque dejan un gran vacío, imposible de llenar; o se vuelven tedio y estoban, porque obstaculizan la llegada de otras musas. Es lamentable.

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