Cielo escarlata

Por Álvaro Ramírez y una musa anónima

La incertidumbre era tu sonrisa en una pantalla
La esperanza, vestida de cielo, el cielo pintado de escarlata
La nostalgia, con olor a tierra mojada; el adiós de nuevo acechando
La noche una vez más melancólica con tonos azules, añiles
El sol, furtivo, escondiéndose como pecador arrepentido en el horizonte
Buscando un pretexto para volverse a asomar, sin que lo llamen
Inoportuno en medio del frío de este otoño que huele a invierno
La sombra gris de los volcanes y la ciudad encendiéndose como un mar de luciérnagas…
Apareció entonces tu lágrima, incomprendida, víctima de detractores insensibles
De inoportunos que nos vienen a importunar
Llegó entonces tu lágrima en medio de las murmuraciones
Pero ya no te importó, porque te lavó el alma
Y de nuevo, el cielo se hizo escarlata

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